Tus recuerdos se transforman
en mis pilares de escombros,
donde tropiezo cada día
y por las noches se convierten en mi insomnio.
Sus vestigios me encierran
en un caos adictivo.
Soy prisionero de mi mismo.
Alejarme de tus huellas no consigo.
Hoy no vivo.
Estoy solo,
y no sé si alguna vez
estuve contigo.
Ingrid M. Stevens
2 comentarios:
Jo Ingrid, qué sorpresa, por fin estás con el blog. Es que, y ya te lo dije muchas veces, cuando hay una poeta como tú, que esté callada es como un mal guiño de la vida.
Tener tanta riqueza y que no se pueda llegar a ella, da impotencia. :) Porque claro, nadie debe intervenir en los deseos o necesidades de otros. Y cuando esperas, joer, te da una cosa… :)))
Por eso, leer tus poesías, ver tus imágenes, tu vida rica plasmada aquí y compartida, de mucha alegría.
Amén de la calidad.
En el Sol, te decía que no encuentro el link de descarga del libro. Te das cuenta, qué despistado; está aquí mismo. :))) Ay…
Muchos besitos
Maravilloso poema, Ingrid. Como ya sabía.
Un abrazo.
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